Mis perros, mi hermana y mi hija, Charada y Loo. Estos 2
seres llegaron a mi vida en el momento
indicado, cuando más necesitaba un amigo fiel, cuando necesitaba contarle a
alguien lo que me sucedía.
Algunas personas dicen que estos peques no entienden, pero
ese no es el caso de mis bebes. Ellas saben exactamente lo que siento con solo
mirarme. Cada una a su manera me demuestra su cariño. Charada solo se me acerca
y se echa en mis pies, en cambio Loo me lame cada rincón que puede encontrar y lo
hace todo el tiempo que sea necesario.
Estos pequeños angelitos son el amor de mi vida y sólo
dependen de mí. Ellas son las que se alegran cuando llego a casa y las que se
ponen tristes cuando me voy. Ellas son
las que duermen al pie de mi cama y ladran a todo aquel que intente despertarme
y por eso las amo.
Charada ya es anciana, por lo que cariñosamente la llamo mi
viejita, se le han caído varios dientes y aun así sigue pendiente de lo que
hago aunque duerme todo el día. Cuando era cachorra se envenenó 2 veces y desde
ese momento es muy desconfiada al momento de comer y si le vas a invitar algo
primero debes morderlo. Ella es un poco rara, como si fuera un humano encerrado
en un cuerpo canino, cuando la miras parece que algo quisiera decirte y muchos
dicen que sólo yo la entiendo y es obvio, después de 15 años con ella es
imposible no saber que quiere.
Loo es una bebe, tiene 11 meses y es como una criatura. Traviesa,
malcriada y lo más gracioso es que me saca la lengua cada vez que la regaño. Ella
siempre está atrás de Charada y aunque siempre la gruñe, ella sigue ahí. A veces
saca de quicio a cualquiera, pues siempre está de un lado a otro, saltando de
mueble en mueble o de cama en cama. Cuando no hace travesuras duerme y duerme y
sigue durmiendo. Ella es el monstruo lamedor.
Estas pequeñinas son el amor de mi vida y haría lo que esté
a mi alcance para que nada les pase.
Son unos seres maravillosos que tenemos la suerte de tener! Buen post!
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